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La depresión

La depresión representa uno de los motivos de consulta más frecuentes en la actualidad.


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Publicado el 05 de julio del 2017

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La depresión

La depresión representa uno de los motivos de consulta más frecuentes en la actualidad, muchas veces escuchamos a la gente decir “estoy deprimido”, o bien la depresión es descubierta, en la consulta, bajo una maraña de síntomas de orden físico.

Los rasgos clínicos o síntomas que caracterizan esta afección, son la pérdida de interés en la mayor parte de las actividades, un afecto triste, se altera el sueño y la alimentación, irritabilidad, la memoria disminuye, el rendimiento intelectual baja, hay aburrimiento generalizado, desvalorización, autorreproches y en los casos más severos pensamientos recurrentes de muerte con ideas o intentos suicidas.

Las formas más leves de la depresión tienen que ver con el duelo, que es el estado consecuente a la pérdida de un objeto amado o algo que deseamos intensamente y no vamos o no creemos que se va a tener, con plena consciencia de este hecho.

El duelo no es de modo alguno una enfermedad. Tiene un primer periodo de impacto en el cual está la negación, la angustia y el desconcierto, un segundo momento que es el periodo depresivo propiamente dicho en el cual la tristeza y el desgano dominan nuestro mundo y finalmente una fase de adaptación, cuando ya la persona se rinde ante los hechos de la realidad. El duelo es un proceso normal que tiende a resolverse sin ayuda.

Cuando la pérdida es un objeto concreto la resolución del duelo, generalmente es más fluida, sin embargo cuando el duelo se establece sin objeto específico es más difícil la conclusión del mismo. Este duelo se relaciona con pérdidas del “yo” es decir: perder una parte de nosotras que amamos, que fuimos o que quisiéramos ser. Esto es una pérdida por identificación. En estos casos, una parte del “yo” se enfrenta a la otra, criticándola fuertemente, agrediéndola y hasta deseando su destrucción.

Cuando nos enfrentamos a la idea de no poder ser madres o ser madre sin desearlo, muchas veces, este tipo de duelo aparece. Sentimos la pérdida del proyecto de vida que hemos planeado o la imagen que habíamos construido de nosotras mismas. En estos casos la depresión, se asocia con la pérdida del control y el poder sobre nuestro mundo, la posibilidad de haber podido hacer algo y no haberlo hecho. De este estado surge la culpa, como un sentimiento difícil de manejar, porque nos enfrenta con la idea de que tuvimos el poder y no lo utilizamos y ahora hemos de perdido el futuro. La evaluación subjetiva del evento es crucial para determinar el estado de ánimo.

La depresión afecta de manera negativa el embarazo, dificultando la evolución natural de la gestación con sufrimiento fetal. También, los tratamientos de fertilidad, inhibiendo los efectos esperados de los mismos. La depresión te mantiene apegada a sentimientos y pensamientos negativos de desesperanza que no te dejan avanzar, estancándote en momentos dolorosos desde los cuales es complicado visualizar un futuro posible, alegre y positivo.

Enfrentar la depresión comienza por tomar consciencia de ella, y reconocer que nuestros sentimientos: tristeza, rabia, desgano, culpa, etc. están impidiendo desarrollar la vida normalmente.

La aceptación comienza por no temer mostrar las propias emociones y evitar los diálogos del “debería” o “si hubiese hecho”.

Compartir los sentimientos con otros permite el desahogo. Busca relacionarte con quienes pueden brindarte apoyo, sin emitir juicios de valor.

Reconoce tus esfuerzos y valora tus logros. Es bueno aprender a balancear pensamientos dañinos con pensamientos saludables. La mejor manera de predecir el futuro es hacerlo que suceda, crearlo.

Realiza actividades que te sean agradables. Elige con quien pasar el tiempo que te brinde momentos positivos. Establece un calendario de actividades.

Combate los pensamientos de todo o nada que te llevan a pensar en términos extremos.

Evita la abstracción selectiva y la sobre generalización, es decir, la tendencia a enfocarse en los detalles negativas y a sacar conclusiones a partir de ellos.

Identifica los pensamientos automáticos asociados a la minusvalía e incapacidad propia y las creencias irracionales.

Redefine los problemas, con el fin de hacer más manejables tareas que parecen muy complejas.

Comprende que la depresión es un estado de ánimo que envuelve todas las esferas de la vida y te afecta física, psicológica, emocional y socialmente. Es un proceso que no desaparece por decreto sino, que requiere de varias etapas las cuales puedes ser más rápidas o lentas dependiendo de cómo la enfrentes.

Psic. Zoraida Mendoza

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